El tocador ha sido históricamente una zona femenina y personal para la mujer, donde mantener todos sus enseres personales de belleza y complementos a mano, disfrutar de todos ellos de forma práctica y dedicarse el tiempo necesario para arreglarse de forma cómoda y elegante, sin perder un ápice de glamour.
Con el tiempo, se ha ido perdiendo la tradición de habilitar una zona del dormitorio destinada a tal fin, bien por no disponer de espacio suficiente, ya que las casas suelen tener menores dimensiones, o bien por falta de tiempo en la mujer debido a su acelerado ritmo de vida. Pero eso, no debe ser excusa para abandonar ciertos hábitos de belleza y dedicar tiempo a nuestro cuidado en un coqueto tocador.
Los elementos indispensables para crear una zona de tocador son un espejo, una mesita o mueble, una silla cómoda o butaca, y una correcta iluminación. Para ello podemos utilizar luz natural si contamos con alguna ventana próxima que nos proporcione una visibilidad adecuada o bien colocar lámparas o apliques que nos ayuden a satisfacer dicha necesidad.
Los diferentes elementos que conforman el tocador así como los complementos que les acompañen, deben guardar relación estética unos con otros, bien conservando un mismo estilo, tonalidades y materiales, al mismo tiempo que se mantiene una misma línea con la decoración del dormitorio.
Según los materiales utilizados lograremos recrear diferentes estilos, pudiendo encontrar gran variedad de tendencias como pueden ser modernas, clásicas, vintage, vanguardista, shabby chic… Lo importante es que creemos nuestro rincón de belleza acorde a nuestro gusto y personalidad, de forma que nos sintamos cómodas en él en todo momento.
Yo encantada de volver a recuperar esta tradición tan femenina y disponer de un espacio exclusivo para nosotras. ¿y vosotras que? ¿ya tenéis el vuestro?
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